“Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”. (Lc 1, 79) (NICARAGUA)

En medio de una realidad de muerte, de represión, de encarcelamiento, de despidos abusivos, de cancelación de la personaría jurídica a la organización de Derechos Humanos y a otras ONGS, de ataque a los medios de comunicación y de invasión a sus oficinas de trabajo, de miles que huyen del país buscando la vida… brilla una luz, algunas veces muy tenue, pero no se apaga. El valor, el coraje y la valentía de los jóvenes, aún bajo los garrotes de la prisión, gritan continuamente la esperanza de una mañana nueva.

Las Misioneras Dominicas seguimos encendiendo luces y brindando oasis en medio de este terrible desierto, donde no es fácil ver el horizonte; no claudicamos en nuestra apuesta por el Reino. En estos días hemos tenido un encuentro con las jóvenes de comunidades campesinas que se van a integrar al Proyecto Ascensión Nicol en el 2019. Fueron unos días de vivencia grata y jubilosa en medio de la dura realidad que vivimos.

Iniciamos con una dinámica de integración muy creativa donde nos íbamos conociendo y acercándonos un poco más unas a otras. Continuamos con un tiempo de oración donde se intentaba vivenciar el logo del Proyecto: ¡Talita Kum! Nos incorporábamos al escuchar las palabras: “A ti te lo digo: Levántate” (Mc 5,41).

El salmo, en busca de sentido para la vida, nos ayudó a reflexionar e intentar responder a las preguntas: ¿quién soy yo?, ¿qué busco?, ¿cuál es el sentido para mi vida?; preguntas existenciales que nos hacemos en todas las etapas de la vida y no son fáciles de responder.

Madre Ascensión fue presentada por medio de un video sencillo, pero muy cargado de la apasionante vida de nuestra madre; quedaron muy motivadas por esta gran mujer, que sigue siendo un referente para las jóvenes de hoy. ¡Gran reto!

Se les presentó el Proyecto de Formación Integral Ascensión Nicol, del que quieren formar parte. Sus objetivos y su práctica están atravesados por la dignidad, el empoderamiento y la superación de la mujer más marginada.

Las jóvenes regresaron a sus comunidades con mucho ánimo y con el deseo de no dejarse encorvar por la realidad difícil que está viviendo el país y que viven en sus familias y entornos.

Nada nos detiene a seguir siendo una luz en medio de la oscuridad y apostando por el sueño de Dios para la humanidad. Creemos que la ternura es una tregua que abre nuevas posibilidades e introduce la humanidad en el mundo.

 

El pueblo que andaba en tinieblas ha visto una gran luz”. (Is 9,2)

Hermanas de Nicaragua

Compartir esta publicacion