Meditación del salmo 91

En estos tiempos que estamos viviendo quizás uno de los momentos más difíciles de nuestras vidas, en que el ser humano esta indefenso frente a la pandemia del Covid19, se hace más fuerte poder repetir: “Señor, tu eres mi refugio y mi roca, mi Dios en quién confío”. Todos nos hemos sentido angustiados y preocupados al ver cada día noticias en el mundo que nos hablan de una gran cantidad de personas enfermas o personas que han fallecido debido a este virus, y nos preguntamos: ¿Esto nos atacará también a nosotros?, quizás sí, quizás no, todo es tan incierto, pero no hay duda que nos ha mostrado la fragilidad del ser humano.

Se nos dice que nos quedemos en casa, que no salgamos, que nos lavemos las manos, nuestra ropa, que no tengamos contacto con otras personas… 

Es decir ya con los celulares nos hemos apartado uno de los otros y ahora viene este virus que hasta nos impide expresar nuestros sentimientos de cariño, de amor en un abrazo o en una simple palmada en la espalda. ¿Qué esta pasando en nuestras vidas?, ¿tanto nos hemos apartado de Dios?, ¿Cómo podemos salvarnos de esta gran epidemia? Quizás sean muchas más nuestras interrogantes, pero solo hay una respuesta y una sola vacuna contra este virus y esta es “la oración, la fe y la penitencia”.

La oración es algo tan personal, pero con la rutina diaria nos hemos olvidado incluso de dar gracias a Dios por la vida, por nuestras familias y por nuestros trabajos. Esa oración liberadora porque cada vez que nos dirigimos a Él sentimos que algo se libera de nuestra alma. La fe, algo que cada vez esta más cuestionado y que las futuras generaciones han estado olvidando, porque cada vez hay más gente que no cree en Dios ni en la Iglesia por los errores que se han cometido, pero que importante es tener una fe firme como una roca, como la fe de Abraham cuando ofreció a su único hijo a Dios, o como cuando Moisés sacó a su pueblo Israel de Egipto, soportando las siete plagas y atravesando por el desierto.

Hay muchos otros ejemplos mas de fe, que podríamos mencionar, pero es importante preguntarnos: ¿Cómo esta mi fe?, ¿Es tan firme como roca?, que Dios nos de la fortaleza para poder fortalecer nuestra fe en Dios frente a todo lo que estamos viviendo, puesto que Él no nos ha abandonado, somos nosotros los que nos hemos olvidado de Él. Entonces, que sea hoy un momento de pedir a Dios que aumente nuestra fe, aún cuando la muerte nos rodee. La penitencia, que significa acercarnos a reconocer nuestras faltas a través del sacramento del perdón, a confesar nuestros pecados contra Él, nuestros hermanos y nosotros mismos. El Señor nos pide estar preparados y vigilantes para su segunda venida, con un corazón limpio, pero cuanto de eso estamos haciendo hoy, si nuestro afán de beneficiarnos a nosotros primero nos hace pasar por encima de los demás, incluso olvidándonos de seguir la ley del señor, que nos pide no mentir, no robar, no matar. Cuánta falta nos hace en el mundo el sacramento de la reconciliación, el acercarnos a reconocer que somos frágiles y llenos de pecado.

Estamos viviendo una época convulsionada de tantas cosas en todo el mundo, y en medio de todo, no hemos estado ajenos a los sufrimientos del mundo, de nuestro país y de nuestra ciudad. A diario vemos, personas con máscaras, tratando de protegerse, de no contagiarse y me pregunto ¿con cuánto cuidado protegemos también nuestro corazón?, ¿Debemos también ponerle una mascarilla a nuestro corazón para que no entre el pecado?

Finalmente, que importante es volver nuestros ojos a Dios, reunirnos en torno a la mesa para agradecer, el convivir con nuestras familias y pedirnos perdón cuando nos hemos ofendido y pedir la protección de Dios, diciendo: “Señor tu eres mi refugio y mi roca, mi Dios en quien confío”.

Profesora Sabina Godoy González.

Fundación Educacional Nuestra Señora de Ayquina.

Calama- Chile.

Compartir esta publicacion