Señor de la Vida, te damos gracias por el continente asiático, por nuestras comunidades en Filipinas, China, India, Vietnam, Timor Leste y Taiwán. Que tu Espíritu ilumine a nuestras hermanas y a la sociedad civil, en su empeño por cultivar y promover la vida, la dignidad, la salud y educación del pueblo.
Nos comparten nuestras hermanas…
“Honestamente, entregué todo en las manos de Dios. Estas experiencias me llevaron a las siguientes conclusiones:
Primero, es a través de los ojos de la fe que podemos ver la realidad tal como es: La fidelidad de Dios a su pueblo. El Papa Francisco en su Encíclica Lumen Fidei dice que la fe “no es una luz que disipa toda nuestra oscuridad, sino más bien una lámpara que guía nuestros pasos en la noche y que es suficiente”.