NOS COMPARTEN DESDE PORTUGAL

¿Qué hemos hecho?

Como esta comunidad es responsable del Centro Social 6 de Mayo, hubo, por supuesto, actividades y servicios que no se detuvieron, como el área social y legal. Las dos Técnicas de Trabajo Social no tenían manos para medir, porque las necesidades, en varios niveles, se estaban multiplicando, como bien sabemos, y las solicitudes, incluso, por parte de los Servicios Públicos, aumentaron. Algunas de las respuestas requirieron atención personal. La distribución semanal de ayuda alimentaria a más de 60 familias continuó en el Centro Social. A medida que aumentó el número de familias necesitadas, enviamos los procesos de más de 90, para ser apoyados por grupos de solidaridad que nacieron, voluntaria y espontáneamente, para responder a las necesidades derivadas de esta crisis. Vale la pena mencionar uno, que nació por iniciativa de un joven, llamado “Bundle” y que ya ha distribuido unas mil canastas de alimentos.

¿Y el futuro?

Es una pregunta que a menudo escuchamos y que ha recibido muchas reflexiones, más o menos optimistas. Creemos que hay aspectos que, al menos mientras vivan las personas, incluso los niños, que han sufrido esta pandemia, nunca se podrán olvidar. Ej.: que nuestros planes, proyectos, saberes, son de poco valor, porque, de repente, todo puede desmoronarse. Experimentamos en la piel que TODOS somos muy pequeños, frágiles y pobres. La creatividad, las mil iniciativas maravillosas que han surgido, no se olvidan. El desarrollo, el uso, como nunca antes, de las nuevas tecnologías, aplicadas en las escuelas, en el trabajo, en las reuniones, en las reuniones de familias, amigos… Las bonitas acciones entre vecinos que hasta ahí no se conocían y que a partir de esta ocasión se inició un camino de entreayuda de amistad. La unión, muchas veces inéditas de empresas multinacionales para el estudio, la investigación y las experiencias, con el fin de encontrar un remedio para este virus aterrador… Y qué decir de los gestos interminables, de preocupación por el otro, por el que está solo, por el que tiene hambre, por el que está enfermo, que originó un movimiento nunca visto y un sentido de solidaridad … ¿Podría tanta experiencia, tanta riqueza, tanta humanidad, ser capaz de desaparecer a corto plazo? ¿Y cómo podemos olvidar la cuestión ecológica, que de repente nos llevó a ver que el mundo estaba más limpio? …

¿Y una creatividad increíble en términos de fe y de búsqueda de Dios? Algunas personas nos dijeron que lo que más echaban de menos, en tiempos de iglesias cerradas, era la comunidad y la comunión sacramental. Por otro lado, cuántos testimonios y ejemplos de familias que se convirtieron en verdaderas comunidades domésticas, en las cuales la oración, la reflexión en familia, se hizo más intensa, viva…

Por esto y mucho más, tenemos la convicción de que, cuando todo termine, por supuesto, tendremos que hacer un enorme esfuerzo para no olvidar lo MUCHO y lo HERMOSO que esta pandemia nos enseñó y nos trajo, mezclados, sin duda, con mucho DOLOR, realidades que siempre van juntas y, mutuamente, se regeneran y recrean, pero que hay “Marcas” y “Registros” que permanecerán para siempre.

Las hermanas de la comunidad de Damaia- Portugal.

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