CELEBRACIÓN DEL 5º ANIVERSARIO DE LA ENCÍCLICA “LAUDATO SI”

Te bendecimos, Padre, por todas tus obras.

Por la madre tierra, por los mares, por las montañas;

Por los ángeles del cielo, por las nubes del espacio;

Por el viento, por el frío, por el calor;

Por los animales de los campos y por todos nosotros tus hijos, porque es

A partir de toda creación que sobrevivimos. (…)

Estamos celebrando el 5º aniversario de la encíclica “Laudato Si” que trata del cuidado de la casa común. Sentimos la necesidad de reflexionar sobre este tema para responder al llamado del Papa Francisco, quien nos desafía y nos recuerda una vez más, del cuidado de la casa común después de 5 años. De hecho, ha sido un tema muy debatido debido a la falta de respeto por la creación, lo que está causando gradualmente su destrucción.

Aludiendo a esta celebración, la comisión de la Orden de Predicadores en el área de Justicia y Paz e Integridad de la Creación (JIPIC) propuso que viviéramos una semana de reflexión del 16 al 24 de mayo en la que a nivel mundial se reflexionó sobre el cuidado de la casa común. Fue una oportunidad para ver la situación del mundo y el tratamiento que le damos a la Madre Naturaleza, ya que nos ofrece tierra, aire, plantas, árboles, animales, agua y todo lo que existe para el bien de la persona y para su subsistencia.

Toda esta riqueza fue ofrecida a la persona gratuitamente y sólo con la responsabilidad de cuidarla, pero lamentablemente el ser humano no sabe aprovechar la belleza que le da cada criatura. Cada vez más la Madre Tierra llora por la contaminación ambiental que la invade a través de la quema, la mala gestión de la basura y la tala de árboles que causan el cambio climático, la destrucción del suelo, el calentamiento global y la pobreza extrema. Y el ser humano olvida que su cuerpo está compuesto de todos estos elementos del planeta. Por ejemplo, “el aire le permite respirar, y su agua lo vivifica y lo restaura” (Papa Francisco).

Es necesario que cuidemos todo lo que la naturaleza nos ofrece para que un día no causemos daños a las generaciones futuras. Este cuidado debe comenzar con nosotros que somos una referencia en la sociedad en lugar de predicar con palabras, debemos predicar con nuestras actitudes. Porque a veces somos nosotros los que contribuimos a la destrucción y degradación del medio ambiente desde nuestras comunidades hasta los lugares públicos, pensando a veces que la destrucción del medio ambiente está ligada sólo a los grandes contaminadores.

¿Por qué existe la pregunta de que nosotros somos los primeros contaminadores?

Veamos, producimos basura a diario y no sabemos cómo manejarla, mucho menos prestar atención a la selección de basura orgánica de la inorgánica.

Otra situación que nos preocupa en la naturaleza es la mala gestión del agua. Es un bien muy preciado para la vida de los seres vivos. Con ella podemos regar las plantas, fertilizar el suelo, cocinar la comida, saciar nuestra sed y hacer la higiene personal. Pero últimamente hemos notado la desaparición de este precioso bien, debido a nuestras malas acciones, la hemos desperdiciado, y la contaminamos sin pensar en las consecuencias. Por ejemplo, cuando hacemos la higiene personal, mientras nos lavamos las manos, cuando nos lavamos los dientes dejamos el grifo abierto por descuido para chorrear el agua; por otro lado, mientras nos lavamos el cuerpo a la hora de bañarnos dejamos la ducha abierta, y también cuando nos lavamos constantemente las manos, hemos desperdiciado mucha agua a los pucos, pensando que tenemos mucha y que nunca terminará sin solidarizarnos con los que no la tienen.

Y otra cosa que ha servido a nuestra reflexión es que en los países desarrollados hay mucha contaminación de las aguas causada por microorganismos y sustancias químicas hechas a través de la descarga de las fábricas, de las industrias del petróleo y del combustible. Y en los países de escasos recursos, la contaminación se produce por las fábricas de detergentes y la mala gestión de los residuos. En esto, los seres vivos, a pesar de ser la causa de la degradación de la naturaleza, son los que sufren las consecuencias que se derivan de ella. En cuanto a la flora, además de sufrir la deforestación, también sufre el calentamiento global, ya que últimamente podemos observar su precario desarrollo e incluso su desaparición. Y así, el oxígeno, la sombra, el bienestar y el aire limpio que nos ofrecen las plantas son cada vez más escasos.

Los animales también merecieron nuestra atención. Reflexionar sobre el cuidado de los animales es, una vez más, tomar conciencia de lo que sufren por el cambio climático que les obliga a abandonar su hábitat de forma permanente. La caza indiscriminada, el comercio ilegal de animales salvajes es uno de los factores que contribuyen a la extinción de las especies. Cuando destruimos el medio ambiente, el aire, el suelo y el agua también estamos contribuyendo al cambio climático al amenazar la existencia de la vida animal en el planeta. Por ejemplo: cada año más de un millón de aves marinas mueren por la contaminación del plástico que se encuentra en el océano. Es cierto que hay animales domésticos bien cuidados, rodeados de afecto, pero desgraciadamente no ocurre lo mismo con los animales abandonados o maltratados. Sería bueno que todos estuvieran bien atendidos ya que todos son importantes en la vida de los seres vivos porque a través de ellos el hombre hace uso de los alimentos, los tejidos, el transporte, los fármacos y la investigación.

Por eso es importante que el hombre cuide y respete a estos seres. Según la Declaración Universal de Derechos de los Animales, todos los animales tienen derecho a la vida, al respeto, a la protección, a la libertad, a una alimentación adecuada y al afecto. Además de los que ayudan al hombre hay animales que, aunque son necesarios para el equilibrio de la naturaleza, pueden causar enfermedades como cucarachas, mosquitos y ratas. Y estos se convierten en un problema cuando aparecen en grandes cantidades. Para no ser dañados es necesario cuidar la higiene en los espacios donde nos encontramos: no dejar basura acumulada en casa o agua estancada.

“Porque lo dan todo sin pedir nada; porque son hijos eternos, no conocen el odio ni la guerra; porque se hacen entender sin palabras, porque sus ojos son puros hasta el alma; porque no conocen la envidia ni el rencor; porque saben amar con lealtad y fidelidad; porque dan a luz sin tener que acudir a una clínica de lujo; porque no compran el amor, simplemente lo esperan y porque son nuestros compañeros, amigos eternos que nunca traicionan; porque están vivos; por esto y por mil cosas más merecen nuestro amor.” Madre Teresa de Calcuta.

Muchas veces los seres humanos piensan que sólo están perjudicando a otros seres de la creación, pero este es un pensamiento erróneo porque es la propia persona la que más se perjudica. En los últimos años hemos visto muchos desastres, plagas, hambrunas, causados por las personas debido al descuido de la naturaleza y la falta de humanismo en el mundo, ya que el humanismo nos exige valorar las acciones humanas y los valores morales como la justicia, el respeto, el amor, el honor, la libertad y la solidaridad.

En todas las acciones dañinas el hombre es el principal autor, porque ha entendido mal la cita del Génesis que dice “dominar la tierra”, el orgullo, la lucha por el poder, la insensibilidad, el racismo, entre otros motivos hace que el ser humano destruya y se sienta dueño de la creación. Como siempre, el más perjudicado en todo esto es el pobre, el que está privado de todo e incluso de lo esencial. Porque quien tiene siempre está protegido.

Hermanos y hermanas, no seamos indiferentes a la situación del mundo, es necesario que en nuestra pastoral y misión alertemos a la gente de la urgencia de cuidar la naturaleza, viendo a la naturaleza como el buen samaritano, ese hombre que ayuda y salva (Lucas 10, 30-37). Así que nosotros también debemos compadecernos cuando vemos a la naturaleza sufriendo, salteada, pidiendo nuestra ayuda.

Terminamos con esta frase nuestra: Cuando el hombre se da cuenta de que tiene la obligación de respetar hasta el más pequeño ser de la creación, nadie precisará de enseñarle a amar a su semejante.

Extendemos cordialmente nuestros saludos a toda la familia.

Noviciado continental africano.

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