Desde Bolivia…

“Sí, ha  llegado  la  hora  de  Jesús,  porque  su  hora  llega, cuando la realidad es más crítica y el sistema atropella con más fuerzas los derechos de las minorías.  Cuando se amontonan por las calles, las plazas, las colinas y los caminos:  los enfermos, los que tienen hambre, los expropiados, las mujeres consideradas dignas de apedrear…” (CLAR, 2020)

Queridas hermanas:

Les escribimos desde la comunidad de La Paz,  con el corazón dolorido por la grave situación que afecta a nuestra humanidad y en particular a Bolivia, que hasta la fecha llevamos 29,423 personas contagiadas y 934  fallecidos. Nos conmueve contemplar el drama de las familias que buscan ayuda para sus familiares enfermos y no la encuentran porque los centros de salud están colapsados y terminan muriendo en las calles o en las puertas de los Centros de Salud. Por otro lado  hiere el alma, la dura situación de crisis económica que viven las familias, si bien es cierto se han repartido bonos, pero son insuficientes para cubrir las necesidades básicas. La población más vulnerable son los migrantes venezolanos y las comunidades amazónicas, que no son beneficiarios de las políticas estatales.

La situación de los Centros de Salud es dramática, el gobierno del Movimiento al Socialismo no priorizó la salud de los bolivianos; las autoridades hacen esfuerzos por proveer de equipos, sin embargo, no existen las camas suficientes para los enfermos que requieren cuidados intensivos, hay falta de reactivos para realizar pruebas, laboratorios que no funcionan, escasez de equipos de bioseguridad para el personal de salud y médicos contagiados.

Con tristeza  hemos visto, que la corrupción se hizo presente en este contexto, se compraron 170 respiradores en España en 28 mil dólares con un crédito del BID, con un sobreprecio del triple de su valor, lo cual está actualmente en investigación; esto ha  retardado que se entreguen insumos y se provean respiradores en las zonas más necesitadas; por otro lado los adherentes del gobierno anterior y personas financiadas por el narcotráfico, están obstaculizando la gestión, no respetan las cuarentenas, apedrean a las ambulancias, realizan atentados y buscan crean un clima de caos, lo cual pone en mayor riesgo a toda la población.

“Deploramos y rechazamos la evidente corrupción tan irresponsable e inmoral en la adquisición de ventiladores para salvar la vida de los enfermos. Denunciamos toda actitud y actuación que ponga en peligro la vida y la salud de los demás, especialmente la politización de estos temas para fines electorales. Todo servidor público debe actuar con honestidad y transparencia” (mensaje de la Conferencia Episcopal Boliviana)

Los departamentos de Santa Cruz y del Beni, han sido los más golpeados por la pandemia, sumando ambos una suma de 534 fallecidos, entre ellos personal de salud que fueron como voluntarios para fortalecer al personal médico.

Las comunidades amazónicas están totalmente desprotegidas y abandonadas por el Estado, no se han implementado los mecanismos de prevención en los ámbitos de salud  tampoco se ha aprobado un plan de contingencia diferenciada para los pueblos indígenas altamente vulnerables, no tienen la posibilidad de educación virtual. Algunas comunidades han optado por el autoaislamiento para protegerse, otras están en alto riesgo de extinción.

La Conferencia de Religiosos/as organizó una campaña para ayudar al Beni, en la cual pudimos aportar como Provincia y comunidad, también hemos colaborado para la compra de alimentos para las familias de El Alto de La Paz.

A nivel educativo los profesores de nuestro Kínder han adoptado la modalidad virtual lo cual les exige mayor esfuerzo y preparación; la crisis repercute ya que cada vez de hace más difícil pagar el sueldo de los maestros.

Dentro de este contexto de cuarentena, hemos vivido también como comunidad, la Pascua de nuestra hermana Araceli, la cual fue un motivo para dar gracias por su vida entregada y sobretodo percibir el amor y la gratitud que le tenía la gente, por tanto, bien que hizo en Bolivia.

Ante este panorama, a pesar de la impotencia, nos fortalecemos en el Dios de la Vida que vela por su pueblo enfermo y empobrecido. Que este tiempo nos transforme, y podamos leer todos los acontecimientos con los ojos de la fe y sobre todo de la esperanza.

Comunidad de La Paz- Bolivia.

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