Nos comparten desde Filipinas

El Noviciado Continental Asiático – Manila nos comparte la siguiente reflexión:

El Maestro Silencioso
De día había un gran maestro, que es silencioso y extremadamente brillante.
Empezó a viajar desde Wuhan a Italia y ahora está en todo el mundo.
Mientras él entró en un país todo el mundo está protagonizado, llorando con tristeza.
Se llevó algunas vidas en silencio.
Muchas reuniones, iglesias, escuelas, hoteles, dormitorios fueron cerrados inmediatamente.
Ha llegado el momento; nuestro silencioso profesor viene a Filipinas.
Todos los gobiernos lo pidieron: “Querida gente, por favor quédense en sus casas, y manténganse a salvo”.
Todos respondieron: Es difícil para nosotros quedarnos en casa; tenemos hambre, sed y estamos desnudos. No tenemos esperanza.
De repente, escuchamos las noticias gritando:
Muchos médicos, ancianos, jóvenes y hombres están muriendo en silencio, como las hojas secas caen en verano. ¿Qué es eso? ¿Es una nueva vida del año 2020?
¡Oh, Maestro!, sus visitas han silenciado nuestro mundo. Y nuestros corazones están llenos de miedos, penas, ansiedades, decepciones y sufrimientos.
Ha convertido nuestra alegría en tristeza, ¿para qué sirve?
Has separado a la humanidad; ellos viven como extraños entre sí. ¿Para qué sirve?
Creas más tumbas que vientres.
Convertiste nuestra agua de manantial en el desierto, ¿Para qué sirve?
Pero… ¿podemos todavía aprender algo de nuestro gran maestro, en vez de mirar el lado negativo?
¡Sí! Claro que sí.
Dios es más grande que nuestra mayor crisis, ¡Está callado, pero no duerme!
¡Puede que cierre los ojos, pero nos está mirando!

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