En memoria de un eterno defensor de los Pueblos Indígenas Dom Pedro Casaldáliga

La causa de dom Pedro Casaldáliga [1]no termina con su partida, sino todo lo contrario, es una tarea que continua. A través de su compromiso incansable nos deja una tarea impostergable y hoy que conmemoramos el día Internacional de los Pueblos Indígenas sabemos que, a lo largo y ancho del mundo, siguen siendo entre los pueblos, los más excluidos y explotados a través de las nuevas formas de esclavitud. Lamentablemente, la persecución y la violación de sus derechos, aumenta día a día. No olvidemos que tenemos una larga lista de hombres y mujeres que son perseguidos, criminalizados y asesinados por defender sus tierras y territorios.

Toda su vida la transito a través de este lema: “No poseer nada, no llevar nada, no pedir nada, no callar nada, y de paso, no matar nada[2].

Dom Pedro desde sus ser místico y contemplativo, supo leer desde los cuatro puntos cardinales del cosmos, por ello, concluyó que una clave fundamental de vida era “no poseer nada”. Su vida fue sencilla y austera, pero plena y feliz. Que contradictorio, justamente es lo que más está causando sufrimiento a nuestros pueblos, ¡el despojo voraz! Los latifundistas, los terratenientes, los finqueros siguen despojando de sus tierras a nuestra gente. Después de que ya está sus manos, contaminan todo, matan todo, sacan hasta el último nutriente para producir un solo producto, a través de los monocultivos. No se sacian con nada. Quieren poseer cada vez más y van camino a quererlo todo, ¿por qué tanto? 

“No llevar nada”, lo eterno son las convicciones, son las utopías, es todo cuando se ha amado, no todo cuanto se posee. Dom Pedro a lo largo de su vida y hoy que lo despedimos desde diferentes rincones de esta tierra sagrada, nos mostró que se lleva una inmensa lista de nombres grabados en su corazón. Este es un llamado a plantearnos nuevamente preguntas existenciales. Quizá, respondiendo a algunas de esas preguntas, concluyamos otro modo de vivir y otro modo de relacionarnos.

“No pedir nada”, cuando alguien por convicción ha decidido vivir solamente con lo que realmente necesita, en definitiva, no requiere pedir nada, ni quitar a los otros nada, sino con lo que se tiene simplemente se da y se comparte. Pero es triste, que las grandes mayorías no cuenta con lo mínimo para vivir, por eso cuando llega la necesidad las personas se encuentran en situación dolorosa de pedir, que no es fácil. Y en este tiempo de Pandemia, por no tener un techo, tener hambre y falta de salud, recurren a las banderas rojas y blancas pidiendo auxilio. ¿Por qué hemos llegado a esto? Me pregunto con tanta frecuencia. Los que tienen tanto siguen quitando cada vez más a los que tienen cada vez menos. La desigualdad, la corrupción, arrebata cada día el alimento de las grandes mayorías. Dom Pedro no pidió nada, lo dio todo.

No callar nada”, un gran defensor incansable de los Pueblos Indígenas, dedicó toda su vida por esa causa. Lo hizo de diversas maneras, desde la cercanía, la escucha atenta, desde su ser orante, pero también denuncio a los grandes latifundistas, que eso le llevó también a estar en la lista de los perseguidos. La palabra hecha poesía fue otro medio que utilizó Dom Pedro. Que la voz de dom Pedro se multiplique en muchas voces que no debemos de callar tanta injusticia.

 

“Y de paso, no matar nada”, se mata de diversas maneras. Dom Pedro siempre fue promotor de vida y paz. Una paz que tanto anhelamos, una paz que un día se firmó y se quedó en papeles, pero hay quiénes nunca han estado interesados en que eso fuera efectivo. La historia de Guatemala está marcada por la muerte, dolor y sufrimiento, especialmente de los Pueblos Indígenas, a causa del racismo y la desigualdad que lo han querido mantener el mismo grupo de siempre y son los mismos que ahora tienen cooptado a todo el Estado en este momento de nuestra historia. ¿Hasta cuándo señores y señoras? Solo recuerden, su vida no es eterna, su vida tiene un fin y cuando llegue ese fin no se llevarán nada. Ya no sigan matando a nuestro pueblo por causa de su ambición voraz. Ya no sigan engañándose utilizando las leyes y muchas veces la fe a su medida.

 

Dom Pedro, su vida y sus causas seguirán siendo nuestras causas. Ha sido un regalo habernos encontrado en estas tierras Mayas. Lo llevaré siempre en mi memoria.

[1] Misionera Claretiano. Obispo Emérito de la Prelatura de Sao Felix de Araguaia, Brasil.

[2] Poema de Don Pedro Casaldáliga

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