SER AGRADECIDO SIGNIFICA ENCONTRAR BENDICIONES EN TODO

Lo primero y más importante, agradezco a Dios por darme esta oportunidad de compartir mi experiencia en la Provincia San Luis Beltrán en Filipinas. Mi amor por mi vocación misionera, mi Congregación, nuestros Fundadores y Carisma han sido mi factor motivacional para dejar las costas de India e ingresar a lo desconocido. Dejé India el 21 de julio del 2018 con sentimientos encontrados: confianza en el Señor, alegría, incertidumbre y miedo, pero con un fuerte entusiasmo misionero en mi corazón. En Manila fui amablemente recibida por las hermanas y muy pronto me sentí a gusto y en casa con ellas.

 

Al principio tuve que enfrentar el desafío de un nuevo ambiente, nuevo estilo de vida, culturas, idiomas y sistema de creencias. Sin embargo, la identidad familiar de las Hermanas Misioneras Dominicas del Rosario nos une en nuestra diversidad. Asimismo, me siento muy afortunada de ser parte del equipo de formación del Noviciado Continental Asiático y de viajar con las jóvenes Novicias, quienes nacen en este innovador mundo de la internet.

 

Mi experiencia en la comunidad “Virgen Fiel” ha sido bueno. Ha dado forma y desafiado mi vocación misionera. Ha transformado y renovado mi mentalidad y mi sistema de creencias profundamente arraigado. He recibido amor, cuidado, respeto, cooperación y apoyo de las hermanas, así como también de quienes están en formación. Encuentro mi fortaleza y alegría en oraciones y también en la comunidad. Nosotras, tres hermanas en la comunidad, tenemos claridad respecto a nuestra opción y meta. Planeamos y organizamos nuestra actividad comunitaria juntas. Somos responsables de tareas encomendadas. Esto me da tranquilidad y eficacia en nuestro acompañamiento a las jóvenes novicias.

 

Para vivir realmente la experiencia de la misión se necesita entender e ingresar a otra cultura. Tal como Madre Ascensión dijo “para trabajar bien aquí o en donde sea, se tiene que amar el lugar y las personas entre quienes uno trabaja y tener en mente el trabajo de Dios en lugar de tener ideas propias”. La experiencia ha sido mi mejor maestro, me ha enseñado a conocer y entender culturas diferentes. Para mí, diría que he aprendido mucho de las y los jóvenes. Esta espontaneidad, sinceridad, ganas, interés en aprender más y entusiasmo me han empujado a ir más allá de mi propia expectativa. Las celebraciones, la unión, las carcajadas, la creatividad y la alegría en la comunidad han traído unidad en la comunidad. Vivimos como una familia. Gracias a Dios porque la pandemia del Covid-19 nos ha unido más en la oración y el amor por otros. He comenzado a apreciar lo que tengo y he aprendido, vivir una vida simple.

 

Siempre valoraré estas experiencias memorables en mi vida. También, continuaré mi viaje en la vida con confianza y esperanza en el Señor de que hará un mundo mejor.

 

Aprovecharé esta oportunidad para agradecer a la hermana Raquel, nuestra coordinadora general y su equipo, la hermana Virginia Benito y su equipo, la hermana Zita D’souza y su equipo y a la hermana Maria Fatima de Pui y la comunidad por sus oraciones, confianza, apoyo, aprecio y estímulo en mi misión.

 

Muchas gracias por todo lo que han hecho para mí y para todos.

Hermana Pushpa Mecwan OP

Noviciado Continental Asiático

Provincia San Luis Beltrán

Filipinas

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