TOMA EL PRESENTE SERIAMENTE

Agradezco a Dios por su gracia ilimitada que me ha guiado hasta hoy. Estoy muy feliz de estar en el “Año Canónico” de mi noviciado, en el cual la misión más importante es aprender a “tomar el presente”.

Estoy muy feliz de que todo ha salido bien, como se planeó y organizó en la comunidad. Tenemos un horario apropiado durante el día que me guía, prácticamente como “qué hacer y dónde ir”. Ya que disfruto establecer y organizar cada día, también utilizo esta herramienta para planear el horario de la comunidad. Practico y hago mi propio horario personal, lo que me entrena para poder cumplir “mis actividades en el horario fijado” y no terminar mi día sin al menos hacer cumplido con lo que establezco para cada día. Así descubrí que dicha actitud y organización del tiempo necesita compromiso y disciplina, de lo contario no se es capaz de aprender ni conseguir nada.

Nuestros formadores nos llevan a formar nuestra forma de organizar nuestros días. Me recuerda “¿Cómo llegué a conocer a Dios si mi foco está en otro lugar?” Por lo mismo, todo lo que necesito está aquí. Tomo mi regalo de manera seria para mí misma: aprender, disfrutar y vivir el momento presente (en el ahora del tiempo) para no dejar pasar la oportunidad que me ofrece la vida.

Henry Nouwen dice: “Dios es un Dios del presente. Dios está siempre en el momento, sé ese momento, difícil o fácil, alegre o doloroso.” Todos sabemos que en la vida no todos los momentos son buenos, a veces nos sentimos tristes, cansados y frustrados. Sin embargo, esos sentimientos no son obstáculos para continuar mi día, ellos me traen lecciones para aprender. Estos sentimientos son un medio para acercarme a Dios, quien es fiel y nunca se rinde conmigo.

El estar presente me permite cultivar un espacio especial para estar atenta y poner atención a las distintas bendiciones que me llegan día tras día.

Además, estoy agradecida de que en este Año Canónico he tenido la oportunidad de estar y aprender de las diferentes culturas de mis co-novicias de diferentes nacionalidades. Es cierto que la diversidad es algo bueno porque hace a la comunidad como un lugar más fascinante. Mezclarme con mis hermanas que son diferentes a mí me da la oportunidad de crecer con un sentido de conexión con ellas. He aprendido y me he dado cuenta en el proceso de su naturaleza única y mi propia vida, creciendo juntas intelectual, emocional y espiritualmente.

Rosita Carvalho da Costa

Con-noviciado Asiático,

Quenzon

 

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