ENCUENTRO CON LAS COMUNIDADES RELIGIOSAS INSERTAS EN EL TERRITORIO INDÍGENA DEL BENI

Quiero compartir lo que fue el encuentro con las comunidades religiosas insertas en el territorio indígena del Beni, uno de los departamentos amazónicos de Bolivia, este encuentro de celebró en San Ignacio de Moxos y nos recibieron con mucha hospitalidad y cariño la comunidad jesuita, conformada por el Padre Fabio, Ramiro y la laica misionera María Eugenia.

 

Nos reunimos hermanas y hermanos pertenecientes a 9 comunidades religiosas: Vicentinas, Misioneras de Cristo Jesús, Carmelitas Misioneras, hermanas de Jesús María, Menesianos, Jesuitas, Franciscano, hermanas de San José.

 

Este es el primer encuentro que se tenía y va en la línea de fortalecer las redes y apoyarse unos a otros frente a las mismas problemáticas que se experimentan en el territorio especialmente la amenaza del narcotráfico, el avasallamiento de los interculturales a las comunidades indígenas, la corrupción, la manipulación de los políticos.

 

El encuentro comenzó con el compartir de Tania Ávila, quien participó en el Sínodo de la Amazonía, la cual nos invitaba a conectarnos con nuestras propias raíces, a trabajar desde la visión poliédrica, capaz de acoger la diversidad. También profundizamos los cuatro sueños de la exhortación del Papa Francisco “Querida Amazonía” y los desafíos que veíamos en las comunidades, se suscitaron muchos cuestionamientos sobre el número 28 del documento.

 

“El asunto es promover la Amazonia, pero esto no implica colonizarla culturalmente sino ayudar a que ella misma saque lo mejor de sí. Ese es el sentido de la mejor tarea educativa: cultivar sin desarraigar, hacer crecer sin debilitar la iden­tidad, promover sin invadir.” (QA, 28)

 ¿Cómo promover sin invadir? ¿Cómo es nuestra evangelización?  ¿Seguimos colonizando? ¿Cómo educamos y para qué educamos? ¿Cómo fortalecer la identidad de los pueblos desde los jóvenes?

 

El desafío que más resonó fue el acompañar a los pueblos a su ritmo, caminar a su paso, y comprometernos en su causa, al modo de la viuda pobre que da todo lo que tiene para vivir, necesitamos acompañar desde el cariño, desde el cuidado y no desde los grandes proyectos.

 

Entre las fortalezas que se compartieron fueron: tener un mismo sentir y opción por la Pastoral indígena, capaces de salir a nuevos caminos y luchas, comunicación entre comunidades, presencia cercana al pueblo y ser referencia positiva para el pueblo, la vida en comunidad, nuestra diversidad cultural, trabajo en equipo de sacerdotes y hermanas.

 

Como oportunidades se compartió que los pueblos indígenas están dispuestos a acogernos, somos una vida religiosa creíble, el Sínodo de la amazonia, tejer redes entre comunidades religiosas rurales, la fe profunda y sencilla de nuestro pueblo, vivir la sinodalidad, acompañarnos como comunidades.

 

Entre las debilidades, se encontró la debilidad de la Pastoral indígena, visión sacramentalista de la pastoral, existe miedo a implicarse , no saber el idioma de nuestros pueblos, actitudes colonizadoras, mucha movilidad de hermanas, poca estabilidad, demasiadas obras con pocas hermanas, el pueblo no nos siente totalmente suyos, la amazonia es prioridad solo en los discursos, pero no en la práctica, Activismo, cansancio, jóvenes religiosas se han acomodado y no quieren venir a lugares más difíciles.

 

Hubo espacios de oración, de compartir con el Cabildo Indigenal y con las Mamas abadesas, nos expresaron su acogida mediante la música y la danza, nos compartieron también su dolor porque los jóvenes ya no quieren seguir con las tradiciones y los valores del pueblo.

 

Concluimos dando gracias al Dios de la Vida por su presencia en medio de los pueblos indígenas y por la oportunidad de encontrarnos, también desafiados a seguir tejiendo redes para apoyarnos en la misión junto a los hermanos y hermanas del territorio.

 

Hermana Jacqueline Sothers

La Paz- Bolivia.

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