Domingo de la alegría

La buena Noticia

No solo tenemos derecho a estar alegres, sino que tenemos la obligación de ser alegres, aún en medio de la pandemia. Porque la alegría nos viene de dentro, de la certeza que Dios está con y en nosotros y no hay nada que temer.

Vivir la alegría, porque “el Espíritu de Dios está en nosotros”, porque él “nos ha ungido”, porque nos “ha enviado para ser motivo de alegría para los demás”, sobre todo para los que sufren. “Para vendar los corazones desgarrados”, “para liberar a l@s prisioner@s y proclamar las gracias del Señor en nosotr@s”. (Is.61,1-2ª).

Proclamemos con alegría: “Desbordo de gozo con el Señor, me alegro con mi Dios, porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo…(Is.61,1-2ª).  

Y cantemos unid@s a María: proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha hecho y hace obras grandes por mí… (Lc 1,46-48.49-50).

Dios nos llama a “permanecer siempre alegres”. Para esto, necesitamos “ser constantes en la oración”, y “dar gracias en toda ocasión” (1 Te 5,16-24). Esta alegría viene de dentro y tenemos que alimentarla desde dentro.

“¿Para qué te preocupas?

Al final, lo que tiene que llegar llega,

y lo que tiene que irse se va,

y tu preocupación no lo va a cambiar.

Sumérgete en tu paz.” (Anónimo)

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