HACIA UNA PASTORAL JUVENIL KERIGMÁTICA SERVICIO DE LA CULTURA VOCACIONAL

La Arquidiócesis de Santiago dio comienzo a la IV Mesa Vocacional. Quisiera compartir con ustedes algunos puntos que me hacen eco en el servicio de la pastoral juvenil vocacional, en el camino de crear una cultura vocacional.

“Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo. Por consiguiente, hay que pensar que: toda pastoral es vocacional, toda formación es vocacional y toda espiritualidad es vocacional» (Chistus Vivit N° 254).

La pastoral juvenil parte, en su núcleo central, de una antropología, es decir, una imagen de lo que es la persona humana.

 

Es el diálogo de la creación, es el diálogo de la llamada a la vida, es el diálogo de la vocación. En este sentido podemos decir que la principal vocación de la persona es ser hijo e hija de Dios. El diálogo con Dios, a la base de la búsqueda vocacional, es también el fundamento de la persona entendida en clave cristiana.

 

El aspecto vocacional no es, por lo tanto, un añadido, algo extraño a la vida de la persona. La pastoral vocacional en ese sentido está perfectamente justificada.

Los contenidos de una cultura vocacional, así entendida, conciernen al menos tres áreas: Antropológica, Educativa y Pastoral.

La cultura vocacional, es un proceso continuo de creación y socialización, es un modo de vida de la comunidad, que a su vez deriva en un modo de vivir la vida y las experiencias vitales, que involucran a cada una de las integrantes, ya sea personal e interpersonal, es creer y crecer, que genera opciones y compromisos y, así, se convierte en una tarea común (mentalidad, espiritualidad y forma de vida). Si no construimos sobre esa cultura, a la pastoral juvenil vocacional le faltarán raíces.

 

La cultura vocacional nos lleva a comprometernos no solo con la propia vocación, sino también a aportar en la vocación de los demás.

Para potenciar la cultura vocacional de toda nuestra pastoral juvenil, es necesario fortalecer los procesos kerigmáticos.

Proponer la fe a los jóvenes, no basta escuchar y comprender, hay que proponer la vida cristiana. Proponer a Jesús en un lenguaje de los jóvenes.

 

Nos hacemos la pregunta ¿Cómo se llega a la fe? … por la comunidad cristiana, quienes me anuncian la Palabra de Dios, que llega a mi corazón, el agua del bautismo, la eucaristía, la confirmación, la esperanza compartida, el compromiso.

 

“Lo fundamental es discernir y descubrir que lo que quiere Jesús de cada joven es ante todo su amistad. Ese es el discernimiento fundamental” (Chistus Vivit N° 250)

Porque la vida que Jesús nos regala es una historia de amor, una historia de vida que quiere mezclarse con la nuestra y echar raíces en la tierra de cada uno” (Chistus Vivit N° 252).

Descubrimos en nosotras la fuerza de la fe, que por gracia hemos recibido. Es semejante a la semilla, con el tiempo, ha ido germinando. Y abarca todos los aspectos de nuestra Vida, en los diferentes espacios en los que nos movemos: comunidad, trabajo, familia.

El foco que ilumina todo el proceso está en la Iniciación Cristiana. El Primer anuncio, y la Pastoral Misionera, preparan este momento más intenso. La importancia del primer anuncio, que cada joven  recibe, nosotras debemos salir a su encuentro…Salir a los lugares donde están los jóvenes hoy. Y en este caminar cobra importancia del testimonio personal y comunitario.

Fue mucho más el compartir, pero esto nos puede iluminar la tarea que entre manos tenemos las Misioneras Dominicas del Rosario, crear una Cultura Vocacional.

La centralidad del encuentro estuvo marcada por la ponencia del P. Claudio Cartes, luego vinieron los testimonios de tres comunidades religiosas en este actuar Kerigmático, a continuación, pasamos al trabajo en grupos compartiendo las siguientes preguntas: 1.- La comunidad eclesial y la Vida Consagrada ¿de qué modo estamos entregando el kerigma a las nuevas generaciones? 2. Nuestras comunidades religiosas, parroquias, colegios, ¿son espacios que animan y nutren el despertar vocacional generando la formación de discípulos -misioneros? 3.  Acorde a los elementos entregados por los ponentes, indicar tres elementos que nos desafían, para fortalecer una cultura vocacional enraizada en el kerigma.

Culminamos rezando juntos el Angelus, agradeciendo a María por esta última Mesa Vocacional del año 2020.

Hermana Pamela Robles

Comunidad Monseñor Zubieta

Santiago de Chile.

Compartir esta publicacion