COMUNIDAD DEL NOVICIADO AFRICANO

“El Señor es mi luz y mi salvación, a quien debo temer (Sal. 27)”.

Con esto queremos decir que el Señor es la fuente de todo y por lo tanto ponemos toda nuestra confianza en Él en cada momento de nuestra vida y camino vocacional.

Queridas hermanas,

Nosotras, las novicias de segundo año, estamos contentas de compartir con las hermanas de la Congregación nuestra experiencia de dos meses desde que entramos en el segundo año del noviciado.

“El noviciado es la etapa fundamental de la formación donde la novicia debe clarificar su vocación y tiene como meta la vida religiosa misionera a través del estudio, la oración y un compromiso comunitario más exigente” como dice el artículo 74 de nuestras Constituciones. Aquí estamos bien preparados para responder a la llamada de Cristo e ir cada día dando una respuesta libre y consciente que nos coloque en la total disponibilidad para el servicio del Reino de Dios, como nos exhorta San Pablo en su epístola a 1 Cor. 9,6. Con esto queremos decir que el primer año canónico fue para nosotros una buena experiencia de integración y mucho descubrimiento, que nos ofreció muchos conocimientos y experiencia espiritual que nos está permitiendo poner todo en acción en la misión.

Nuestro paso al segundo año se celebró el 23 de febrero de este año, en la víspera de la fiesta de nuestra Madre Fundadora, Ascensión Nicol. Antes de nuestra entrada tuvimos un retiro en el que reflexionamos sobre el sentido y significado de la palabra Éxodo que es el paso del pueblo israelí a la tierra prometida y lo que esta experiencia significa también para nosotros en esta etapa de transición al segundo año. Durante estos dos meses de camino hemos vivido y estamos viviendo momentos buenos y significativos de nuestra formación. La apertura de las actividades pastorales en la parroquia nos está permitiendo aprender más de la gente. En las clases vamos adquiriendo más conocimientos. Estamos disfrutando de esta formación porque nos está permitiendo clarificar nuestra vocación, transformarnos y formarnos como personas competentes y capaces en todos los niveles espirituales, intelectuales, sociales y personales. Nuestro ministerio de catequesis se lleva a cabo en la parroquia en las comunidades cristianas todos los sábados por la tarde y los domingos por la tarde visitamos a las familias y a los más necesitados.

También estamos aprendiendo a cuidar el huerto, sembrando diversas plantas, regando y desbrozando para mantener nuestra alimentación. Por último, este tiempo está siendo de mucho aprendizaje. 

El Señor ha hecho maravillas en mí, santo es su nombre. Con esto queremos dar gracias a Dios por el don de la vida y la vocación. También queremos agradecer al equipo del Consejo General, al equipo de formación de las hermanas acompañantes y a todas las hermanas que directa o indirectamente nos habéis apoyado con vuestras oraciones, afecto y atención en todos los sentidos para nuestro crecimiento.

Que por intercesión de nuestro padre fundador Ramón Zubieta y de nuestra madre Ascensión Nicol y de todos los santos de la Orden Dominicana, con el apoyo de Dios y de las Hermanas, queremos profundizar y crecer cada vez más en la oración, la contemplación, el estudio, el trabajo, el amor fraterno, el diálogo, la unidad, la atención y el servicio para el bien de la congregación y de la misión.

Las novicias Ermelinda José y Laurette Kuzenzama te abrazan

Experiencia de noviciado – 2º año

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