EXPERIENCIA DEL NOVICIADO DEL AÑO CANÓNICO
- Hnasmdro
- mayo 17, 2021
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“Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gal 2, 20)
“El noviciado es una etapa fundamental en el proceso de formación a la vida consagrada. Se trata de profundizar en los valores específicos de la vida religiosa, la vida de oración, como respuesta a la llamada de Cristo encarnado en la historia de la humanidad”.
Somos novicias del primer año y estamos disfrutando de la nueva experiencia del noviciado desde el primer día que llegamos a la comunidad. El día de la acogida, en la capilla nos encontramos con una frase de Santo Tomás de Aquino que dice: “Dame, Señor, el método y la capacidad de aprender”.
Aunque al principio teníamos miedo, temor, ilusión y curiosidad por conocer a las nuevas hermanas de la comunidad, no nos faltó valor para querer dar un paso más en el nuevo camino.
Gracias a Dios, después de tres semanas de integración, nos sentimos más tocadas por la llamada de Cristo. Hicimos el retiro del inicio del noviciado y nuestra predicadora fue la hermana María Luis Barón, quien nos dio varios textos bíblicos: San Pablo cayendo del caballo, la diversidad de dones y el silencio de María que nos ayudaron durante nuestro retiro. La misa de clausura fue celebrada por el P. Julio, quien en su homilía nos recordó que lo importante no es el final, sino el proceso del viaje.
El 24 de febrero es la fiesta de nuestra Madre Fundadora Ascensión Nicol y es ese mismo día cuando entramos en el noviciado. Durante la misa el sacerdote en su sermón nos hizo reflexionar una vez más que el Noviciado es una experiencia de Dios y con Dios; es un camino de escucha como Samuel que dijo: “Habla Señor que tu siervo escucha”, lo que nos ayudó a estar más atentos a la llamada del Señor.
Hasta ahora el ambiente ha sido favorable, estamos disfrutando de la experiencia formativa, enfrentándonos a las tareas domésticas, a la nueva forma de liturgia, de expresar lo que sentimos y lo que somos, de asumir nuestras responsabilidades diarias, al testimonio de las Hermanas que nos están transmitiendo el sentido del año canónico, a la nueva forma de acompañamiento y a las clases que estamos tomando que nos están ayudando a descubrir, a aceptarnos en relación con nosotras mismas y con los otros que cada día nos dan una luz de lo que somos. Así nos preparamos para la vida de misión en el futuro, para estar más abiertos al mundo ante las dificultades que se nos presentan.
Damos gracias a Dios por Nuestros Fundadores y nuestras hermanas Acompañantes que siempre nos ayudan en el proceso de Formación, especialmente en la valoración de todos los elementos que forman parte del Año Canónico.
“Mi gracia te basta porque es en la debilidad donde se revela plenamente mi fuerza” (2 Cor 12, 9)
Novicias: Martinha Nambalo y Antonieta Faria