MI VISIÓN EN LA VIDA PERMANECE

Nuestra vida es un viaje lleno de lecciones, dificultades, angustias, alegrías, celebraciones y momentos especiales que finalmente nos llevarán a nuestro destino, nuestro propósito en la vida. El camino no siempre será fácil, de hecho, a lo largo de nuestro viaje, encontraremos muchos desafíos. Algunos de estos desafíos pondrán a prueba nuestro valor, fortaleza, debilidad y fe. En el camino, podemos tropezar con obstáculos que se interpondrán entre los caminos que estamos destinados a tomar. Para seguir el camino correcto, debemos superar estos obstáculos. Necesitamos navegar constantemente para encontrar nuevas posibilidades, nuevos comienzos y experiencias.

En mis 33 años en la vida religiosa, me he encontrado con todo esto en mi camino, de hecho, a veces he querido rendirme. Especialmente ahora que estamos experimentando esta crisis mundial, el virus covid 19. Desde hace casi dos años, no podemos movernos libremente como antes, nuestras actividades son limitadas y las personas están confinadas solo en sus respectivos hogares. Cómo reaccionemos a lo que nos enfrentamos ahora, determina qué tipo de resultados que tendrá el resto de nuestro viaje. Si solo nos enfocamos en el resultado negativo de esta pandemia, podríamos perdernos algunas cosas increíbles que la vida tiene para ofrecer.

Reflexionando sobre esta situación, Dios me está llamando a mí y al mundo entero para la conversión del miedo al cuidado, de mí a nosotros y de la muerte a la vida. En lugar de enfocarnos solo en nosotros mismos, nuestra comodidad y bienestar, también tenemos que considerar las necesidades de los demás. Dios nos ha dado tiempo para la contemplación, mirar la naturaleza, pensar en lo que le está sucediendo a nuestra madre tierra que generalmente es abusada por muchos. El Señor nos lleva a ser compasivos con Su creación y cuidar bien no solo a los seres humanos sino también a todo lo que nos rodea, la naturaleza.

Cuando comenzó esta pandemia, al principio, tenía tanto miedo de salir, de conocer gente y contaminarme con este virus, tanto así que solo nos quedábamos en las cuatro esquinas del centro de formación. Al reflexionar sobre estas acciones, me doy cuenta de que la vida debe continuar, ¿Por qué debería estar estancada? Así es que me entretuve con la jardinería, cuidando las plantas de nuestra comunidad hasta que decidí postular a un proyecto de DOLE (ministerio de trabajo y empleo de Filipinas) que se preocupaba del crear un programa de sustento para los académicos de la Prelatura. Hasta ahora, los académicos disfrutan sembrando vegetales orgánicos, haciendo fertilizantes orgánicos, limpiando la zona y convirtiéndola en un parque natural donde la gente viene y aprovecha nuestros productos.

A lo largo de esta aventura, Jesús simplemente está durmiendo en nuestros corazones, necesitamos ser despertados por Su presencia, viajando con nosotros a lo largo de la vida. Entonces, a pesar de todas estas experiencias, mi visión en la vida sigue siendo: ser fiel a mi llamado, servir al Señor por el resto de mi vida.

Muy agradecida,

Hermana Leonarda R. Abejero, OP

Comunidad Begang, Basilan

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