SER UNA ENTRE MUCHAS
Como misionera perteneciente a la provincia de San Luis Beltrán, he sido llamada para una nueva misión. Dios me envió hace cuatro años a Vietnam como nuevo miembro de la Provincia de Reina de China. Vietnam es un lugar idealmente soñado por nuestros Fundadores. Es un lugar donde la libertad de expresión está restringida y nuestras actividades apostólicas son limitadas y están siendo monitoreadas por las autoridades del país. Estar activa en el ministerio como en mi anterior asignación misional no fue fácil para mí. Debido a mi poco conocimiento del idioma, tuve que intensificar el lenguaje del amor. Realmente agradezco a la Provincia de Reina de China porque gradualmente pude estudiar el idioma de los nativos, con la capacidad de comunicarme un poco con nuestras jóvenes que querían unirse a nosotros.
A los vietnamitas les encanta conversar y, de alguna manera, esa amistad fraterna con ellos se convirtió en una de mis misiones más importantes. Es decir, traer el amor de Jesús, que prioriza mis días en el servicio a mi comunidad. De cualquier manera, que sirvamos al pueblo de Dios, ya sea cocinando, dando clases a las jóvenes, enseñando inglés básico a los hijos de nuestros vecinos y haciendo tareas para la casa.
Mi idea de misión se enriqueció en Vietnam y fui realmente feliz durante esos 4 años porque Dios nunca dejó de hacer sentir Su presencia y Él es nuestra verdadera fuente de felicidad, nuestro todo.
Por último, quiero agradecer a Dios por permitirme vivir la experiencia de quedarme en esta tierra extranjera en la que mi fe fue probada y mi paciencia mejorada. La cultura y el idioma que aprendí me inspiraron a amarlos y entablar amistad conmigo misma, a estar agradecida por quien soy a pesar de mis debilidades. De hecho, soy bendecida… Mi agradecimiento a las hermanas en particular a las de la Provincia Reina de China por todas las oportunidades que me brindaron para ser parte de esa misión en la comunidad de formación.
Que Dios nos bendiga a todos.
Hermana Mary Ann Palacio Barcelona