LA HERENCIA DE LAS HIJAS LAS 5 MUJERES QUE DEFIENDEN EL DERECHO A LAS TIERRAS

Cuando leemos la Biblia con ojos, mente y corazón de mujer, nos damos cuenta que tenemos muchas mujeres “chingonas” se dice en México, es decir, valientes, que nos enseñaron a hablar y a no quedarnos calladas cuando nos quieren quitar algo que nos corresponde, me refiero a la herencia familiar de la tierra o de otros bienes materiales.

Las problemáticas de la repartición de las tierras se siguen dando en muchas comunidades indígenas y campesinas. Los hombres se creen con todo el poder para dejar sin nada a las hermanas mujeres, tal es el caso de los padres o los hermanos hombres al momento de dividir las herencias. Las costumbres de los pueblos originarios siguen pesando fuertemente. Por ejemplo, duele mucho escuchar a doña Magdalena o a Ofelia decir: no, nos tocó parte de las tierras porque somos mujeres, mi papá se las dio a los hermanos porque ellos eran hombres. Magdalena y Ofelia son dos mujeres indígenas mayas, tsotsil y tseltal de comunidades de Chiapas, México. Y paradójicamente, ellas se han quedado cuidando a sus padres ya mayores, velando por la comida, la salud y todos los cuidados.

Esta realidad, la encontramos en la Biblia en el texto de Números 27, 1-11 cuando describe la valentía de las 5 hermanas, que se atreven a hablar de frente y no a un solo hombre Moisés, sino a todos los jefes, y a toda la comunidad (vv2) diciendo: “nuestro padre ha muerto en el desierto…Y no dejó hijos varones, ¿Acaso su nombre se va a borrar entre la familia por no tener hijos? Entréganos a nosotras una herencia entre los parientes de nuestro padre”. (vv 3 y 4). Y, además, otro detalle en este texto es la actitud que ponen en boca de Dios, pues dice que Moisés fue a consultar a Dios lo que ellas pedían y Dios le respondió: “la petición de las hijas de Selofad es justa. Dales a ellas la herencia de su padre” (v 7). Es una iluminación bíblica muy bella a esta problemática.

Hay tres actitudes de estas 5 mujeres que nos inspiran para defender nuestros derechos a la propiedad: su palabra expresada, la unidad entre ellas y el coraje para atreverse a defender lo de su padre. Y esto se refuerza con la respuesta que da Dios a Moisés, y es que de Dios siempre se va a esperar justicia, especialmente escuchando a la persona vulnerable e indefensa. Su mayor expresión de amor es revelarse en favor del respeto a la dignidad de las mujeres, cuando reclaman sus derechos.       

El mirar la Biblia desde una perspectiva feminista hace que encontremos esta actitud liberadora de Dios hacia las mujeres. En este texto Dios nos sale al encuentro, y nos da la respuesta que buscamos ante aquellas desigualdades que se disfrazan de usos o costumbres ancestrales. El tema de la tierra ha sido y sigue siendo motivo de división, odio, discordias, etc. y paradójicamente a las mujeres se les ha negado este derecho. En la práctica son las que mejor administran la economía, la casa, los negocios, el cuidado de los hijos e hijas.

Estas 5 hijas y hermanas reclamando ante las autoridades religiosas sus derechos, es una gran herramienta para trabajarlo en los grupos y espacios con mujeres. Constituye una fundamentación importante a nivel de fe, pues nos ayuda a dar luces desde una actitud creyente a esta realidad que viven muchas mujeres con quienes caminamos en los espacios pastorales.

Sigue siendo una gran tarea, empoderar a las mujeres en el uso de la palabra, en el valor que tiene hablar y reclamar el derecho a la herencia, a la tierra, a la propiedad.  

Hna. Yaneth Averruz Gadea.

San Cristóbal de las Casas,

México

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