Rosario Ecológico

Introducción.

Todos: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios   nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Guía: Abre Señor mis labios…

Todos: Y mi boca proclamará tu alabanza.

Todos: Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, me pesa de todo corazón haberte ofendido, propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de pecado, confesarme y cumplir la penitencia. Te ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Amén.

Guía: Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.

R: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Guía: Envía tu Espíritu Creador.

R: Y renueva la faz de la tierra.

Guía: Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de su consuelo. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Intenciones.

Ofrecemos este rosario para pedir la intercesión de nuestra Madre María de Guadalupe por el bienestar de nuestra casa común, por los elementos que forman parte de la vida y por todos los seres vivos que habitamos el planeta.

Plegaria primer misterio: fuego. Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego, por el cual alumbras la noche: y él es bello, y alegre, y robusto, y fuerte. Te pedimos Virgen María, que intercedas ante tu Hijo, nuestro Señor, para que des acierto a las personas que manipulan este elemento, el cual, que, así como ilumina el exterior, el fuego del Espíritu Santo ilumine nuestro interior y des resguardo y protección a quienes sufren a causa de incendios forestales, te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Plegaria segundo misterio: agua. Loado seas, mi Señor, por la hermana agua, la cual es muy útil, y humilde, y preciosa, y casta. Santísima Virgen María, imploramos tu intercesión para que todo ser humano, tenga la conciencia de dar buen uso a este vital elemento, pues sin él, la naturaleza, dejaría de existir, que de nuestro corazón broten ríos de agua viva para saber discernir nuestros actos y preservar los recursos naturales en nuestro mundo, te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Plegaria tercer misterio: tierra. Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra, la cual nos sustenta y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas. Dulcísima Madre, te rogamos, que seas nuestra abogada, para que Dios Padre y Dios Hijo, actúen en el corazón de la persona mediante el Espíritu Santo, que disminuya la explotación de los recursos que se encuentran en la tierra, que demos el verdadero significado a éste elemento, que nos ofrece el sustento que nos da la energía necesaria para sobrevivir, te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Plegaria cuarto misterio: aire. Loado seas, mi Señor, por el hermano viento, y por el aire, y el nublado, y el sereno, y todo tiempo, por el cual a tus criaturas das sustento. Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, socorre a tus hijos, que imploramos la misericordia de Dios Padre, para que dé la conversión a aquellos que buscan incansablemente los recursos materiales y no los espirituales, que todos los seres vivos gocemos de un aire que purifique nuestro cuerpo y nuestro espíritu, te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Plegaria quinto misterio: seres vivos. Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor y soportan enfermedad y tribulación. Bienaventurados aquellos que las sufren en paz, pues por ti, Altísimo, coronados serán. Santa Madre de Dios, te rogamos, intercedas por cada uno de los seres vivos que habitan nuestro planeta, que cuidemos unos de otros, que sea escuchada la voz de aquellos que no tienen la capacidad de hablar y seamos fieles protectores de los mismos, te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Podemos incorporar las letanías y actualizarlas

 

Oración a la Santísima Virgen María.

Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como un signo de salvación y esperanza, a ti nos encomendamos que al pie de la cruz fuiste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.

Tú sabes lo que necesitamos, estamos seguros que lo concederás para que, como en Caná de Galilea, vuelvan la alegría y la fiesta en nuestra casa común.

Ayúdanos, Madre, a conformarnos a la voluntad del Padre y hacer lo que Jesús nos dirá, Él que tomó nuestro sufrimiento sobre sí mismo y cargó con nuestros dolores para guiarnos a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.

En la situación actual, llena de sufrimientos y angustias que oprimen al mundo entero, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra y buscamos refugio bajo tu protección.

Oh Virgen María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos para que sepamos cuidar nuestra casa común y consuela a quienes se encuentran afectados por las malas acciones hacia la naturaleza. Sostén a aquellos que se encuentran angustiados, infunde confianza a quienes buscan preservar en todo momento el ecosistema en el que vivimos.

Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que proteja a todo ser viviente para que pueda desarrollar una vida digna, y encontremos un horizonte de esperanza y de paz. Intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndote por cada una de las familias que anhelan con sincero corazón una sana armonía entre el medio ambiente y el ser humano.

Protege a todos aquellos que buscan sin cesar, el correcto uso de los elementos, indispensables para la vida, intercede por ellos para que reciban un espíritu de Fortaleza y de Entendimiento, que los Frutos del Espíritu Santo, broten desde lo más profundo de su corazón.

Asiste a los líderes de las naciones, para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad para con nuestra casa común.

Santa María, toca las conciencias de aquellas personas que buscan obtener mayores beneficios para sí, sin importar el daño que ocasionan al ecosistema y a los seres vivos, que en su corazón renazca la humildad para lograr un beneficio para todos, que su espíritu se vuelva hacia Dios Padre/Madre, mediante la acción de nuestro Señor Jesucristo.

Madre amantísima, acrecienta en el mundo el sentido de pertenencia a una única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a todos y todas, para que con un espíritu fraterno/sororal y solidario salgamos en ayuda de las numerosas necesidades que se presentan en nuestro mundo debido al egoísmo y a la soberbia de algunos cuantos.

Oh María, consuelo de los afligidos, abraza a todos tus hijos e hijas, haz que Dios libere del egoísmo y la soberbia a quienes están en la cima de los gobiernos, para que sepan discernir de manera adecuada, el rumbo que deben tomar para mejorar nuestro planeta.

Nos encomendamos a ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Amén.

Todos: Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro ¡oh Virgen Gloriosa y Bendita! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Guía: Oh Dios cuyo Unigénito con su vida, muerte y resurrección nos alcanzó el premio de la vida eterna, concédenos a los que meditamos los misterios de este Santo Rosario, imitar lo que contienen y alcanzar lo que prometen, por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén

Tomado de la CLAR: Conferencia Franciscana Santa María de Guadalupe

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