COMPARTIR DE LA EXPERIENCIA MISIONERA EN MAMBONE
- Hnasmdro
- septiembre 25, 2024
- Experiencias MDR
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(1ª Parte)
Del día 29 de agosto al 1 de septiembre, las Hermanas de la CIRMO Local (Conferencia de Religiosos de Mozambique) y del Vicariato Norte de la Diócesis de Inhambane, llevaron a cabo una Misión en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Nueva Mambone, en Inhambane. Fue una oportunidad que nos permitió unir fuerzas como Misioneras de esta región, para realizar una misión evangelizadora conjunta y fortalecer la fe de los cristianos en el Anuncio y Testimonio de la Palabra en esta Iglesia. Para nosotras fue una verdadera aventura, porque nadie tenía claro lo que íbamos a hacer, ni lo que iba a pasar.
Cuando llegamos a la parroquia, encontramos a los formandos palotinos ensayando con la comunidad. Dentro de los ensayos nos presentaron a la comunidad y cada una de las Hermanas tuvo un espacio para darse a conocer como Congregación. Sin saber muy bien dónde nos íbamos a alojar, participamos en los ensayos a la espera de las nuevas directrices. Mientras tanto, llegaban más personas de otras zonas. Posteriormente se nos informó que la estadía sería en las familias ya identificadas para llevar a cabo la misión. Para todas nosotras fue una alegría inconmensurable.
El día 30, a primera hora de la mañana, después de la celebración de la misa de envío y de la bendición del agua bendita, nos subdividimos en grupos de dos en dos, como indica el Evangelio de Mc 6,7, acompañadas por las madres en las zonas de misión. Sentí que no somos solo discípulos, sino “discípulos en cuerpo”, donde Cristo es la cabeza. A cada misionero se le dio el subsidio de la programación con el plan de la visita, incluyendo la bendición de las casas. Cuando llegamos a las casas, las familias nos recibieron con mucho encanto y placer. Después de regresar de la misión, antes de la cena, tuvimos un momento de recogimiento y de compartir las experiencias acumuladas a lo largo del día. Al día siguiente, comenzamos con la celebración de la Eucaristía y seguimos acompañados por el grupo de madres y algunos hombres. Me di cuenta de que la palabra “Iglesia” es claramente “Femenina”, como dice el Papa Francisco.
Cabe destacar que también hubo una colaboración mutua, ya que el grupo de misioneros que se sentía menos ocupado se unió a otros para ayudar y acelerar el trabajo. Estoy segura de que nuestro encuentro con personas de diferentes grupos de edad y clases sociales dejará buenos frutos. Además de los territorios parroquiales establecidos, nuestra visita abarcó el hospital. Un grupo visitó a los enfermos y fue invitado a bendecir a un bebé recién nacido. También participamos en el funeral de un antiguo catequista, animando a la afligida familia.
Otro aspecto importante fue la motivación de las familias para ir a la iglesia, sin miedo a asumir las responsabilidades que les corresponden, sobre todo aquellas que se dieron por vencidas sin ninguna razón. Algunos grupos, cuando entraron en la casa del curandero, le hicieron darse cuenta de que ellos también no están excluidos de la Iglesia y pueden aprender que Dios es más importante que todas sus creencias.
A lo largo de los días realizamos actividades en 11 zonas de misión que incluyeron: visitas domiciliarias, donde nos invitaron al cuidado pastoral de escuchar sus historias; hubo un momento de compartir la Palabra de Dios y tratamos de dar apoyo moral, psicológico y espiritual a la familia; terminábamos la visita con la bendición de la casa.
Inhassoro, Septiembre 2024
Hermana María Mulima