Tú eres la puerta…

Señor de la vida en abundancia,
tú eres la puerta del redil,
eres el presente y el futuro,
cruzas el umbral y todo se ilumina.
Tu voz, cálida y amiga.
Tu voz resucitada y resucitadora.
Tu tono inconfundible.
Te acercas,
y saltamos de alegría
nos llamas por nuestro nombre,
te pertenecemos
conoces nuestra historia,
nuestros extravíos y aciertos,
nuestros abismos y cumbres.
Somos tus ovejas,
queremos ser de las tuyas.
Agudiza nuestros sentidos.
Si cruzamos tu puerta
ensanchas nuestro horizonte,
amplías nuestra esperanza,
y nos invitas a seguirte.
Intuimos tu voz
nos señalas el sendero
eres la ruta segura,
tú eres el camino,
la verdad y la vida en plenitud.
Tú eres la puerta,
en ti podemos entrar y salir,
entrar al espacio sagrado donde tú nos habitas…
y salir liberadas y comprometidas.
En ti encontramos el alimento
para seguir peregrinando.
Sólo tú sacias nuestra sed
de amor y paz.
¿A quién más podríamos seguir,
si sólo tú tocas nuestra raíz
y nos llamas desde
la hondura de nuestro ser?
Líbranos de los ladrones
que quieren robarnos el alma,
de los cantos de sirena que
nos hacen perder el norte,
de los falsos líderes
que nos alienan y esclavizan.
Líbranos de apacentarnos
nosotras mismas.
No permitas que los poderosos
devoren a tu rebaño,
que el hambre se instale en los hogares,
que el miedo nos vuelva insolidarias
Pastor de nuestra humanidad herida,
Cúranos y confórtanos,
Aliméntanos y cuídanos
Haz brotar los gérmenes de vida plena
en cada hogar, pueblo, país.
Queremos cruzar el umbral contigo,
Porque en ti está la fuente de la vida
y sólo en tu luz podemos ver la luz.
(Jacqueline Sothers, MDR)

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