La paz como fruto de oración por la paz en India

En diciembre pasado, durante el mes de la paz Dominico, tuvimos como comunidad un viaje espiritual a India en comunión con toda la familia Dominica que oró por la paz en india, tal como fue instruido por nuestro antiguo maestro de la orden, Fray Bruno Cadoré.

¿Cómo fue? Cada hermana, luego de haber elegido una tarea (investigar datos de a) la geografía de India, b) la historia de la fundación de los Dominicos y su compromiso c) el trabajo misionera de nuestras hermanas) compartió el fruto de su investigación durante una tarde.

La que más llamó mi atención es que, desde que aprendí de la vida misionera de nuestras hermanas en India, la gente con quien y por quien ellas trabajan son principalmente leales a otras religiones (religiones hindúes), pero eso no importa para nuestras hermanas, quienes se enfocan más en el desarrollo del ser humano como persona, acorde a nuestro carisma por su puesto.

¿Por qué sentí tanta paz cuando oí esto? Resulta que quedé muy choqueada al ver la iglesia de Batcham -nuestra parroquia Saint Denis- tal como la dejé cuando aún era una aspirante en la congregación 23 años atrás

¡Durante las misas en la semana eran las mismas caras, las abuelas, muy pocos hombres y ni hablar de los jóvenes, quienes rara vez se ven! Los domingos es una iglesia que no está llena y aún menos los feriados. Así fue que me pregunté ¿Merece esta ciudad nuestra presencia? ¿No debiésemos dejar este lugar como lo hicieron otras congregaciones antes? Luego me di cuenta que estaba confundiendo mi análisis respecto a nuestra presencia desde el punto de vista de la evangelización, la cual estaba fallando. Observar esa vida cristiana, a pesar de toda la creatividad misionera de muchos pastores y religiosos, es poco atractiva para la población local. Esto es una observación general. Ya me había puesto a mi misma en la actitud misionera de quien cosecha los frutos de su trabajo misionero en su propia forma. Agradecí a las hermanas de la comunidad de Batcham por los frutos de sus reflexiones hechos en la paz en India, lo cual me llenó de paz al contemplar nuestras hermanas, quienes se dedican a construir el reino de dios en un ambiente en donde los cristianos representan el 2.3% de la población, a diferencia del 69% de mi país, Camerún. ¿Quién nos envío a convertir más cristianos? Por supuesto nuestros fundadores. ¿Por qué no nos cansamos? Un millón de gracias a las hermanas de Batchan por su devoción amorosa a su gente, por ser muy católicas y por sobre todo por ser gente que dios ama.

Carine WANKO, San Martín de Porres.

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