La Buena Noticia Mt 22,1-14

El reino de los cielos es la fiesta y la alegría para todos, donde nadie tenga motivos para llorar. Es el banquete donde todos comen, beben, bailan y gozan, pero ¿por qué nos costará tanto entrar en él?

Dios llama a su banquete a todos buenos y malos. La diferencia está en la respuesta que da cada uno.

 

Hasta hace poco se decía “fuera de la Iglesia no hay salvación” y que regalo tan hermoso nos hace el Papa Francisco que dedica todo un capítulo de su última encíclica Fratelli Tutti para hablarnos de “las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo”. Ojalá que todas las religiones, todas las iglesias aportemos para que esto se haga realidad.

 

La vida en comunión con los otros es la que nos ofrece la paz del corazón. Y el Papá Francisco nos recuerda “que la altura espiritual de una vida humana está marcada por el amor… Todos los creyentes necesitamos reconocer esto: lo primero es el amor, lo que nunca debe estar en riesgo es el amor, el mayor peligro es no amar. (N°92)

No caigamos en la trampa de pensar que la alegría, la fiesta del Reino es para el más allá. Nuestra obligación es hacer de la vida, aquí y ahora, una fiesta para todos. Si no es para todos, no podremos alegrarnos de verdad.

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