La Educación en Tiempo de Pandemia en República Dominicana

Es un hecho que el covi19 nos está afectando a todo el mundo y en todo el mundo, quizás a unos más que a otros, pero las consecuencias se están notando cada vez más y nos está obligando a cambiar muchos de nuestros esquemas de vida.

Nos preocupa ver los cientos de miles de contagios que a diario aumentan y nos duelen todas las partidas de quienes no pudieron ganar la batalla al virus.

Entre los sectores más afectados, además del tema de la salud, está el de la Educación. Esta situación ha forzado a muchos países a buscar salidas para continuar de manera casi improvisada, el proceso de aprendizaje-enseñanza sin poner en peligro la salud de los y las estudiantes. Por lo que se ha impuesto casi de manera obligatoria el uso de las nuevas tecnologías informáticas para poder dar respuesta a esta situación sin que se vean afectados ninguno de los actores de la educación.

Los países más desarrollados cuentan con mayores recursos y aunque con dificultades, están saliendo al paso con el uso de la tecnología y las clases virtuales.

Pero en países como el nuestro, República Dominicana, el acceso a esas tecnologías solo lo tienen un 20 % de los estudiantes. El gobierno prometió que todos los y las estudiantes tendrían esa posibilidad, pues darían computadoras para cada estudiante y el internet llegaría gratuitamente a todas las casas del país. Pero, pasó como la parábola del evangelio, del que quiso construir una torre, sin tener los medios suficientes. Cuando se dieron cuenta de tantos inconvenientes, optaron por otra solución intermedia. Se mantiene la modalidad de clases no presenciales y las clases se transmiten por los canales de televisión y emisoras de radio, las cuales repiten las mismas clases en horario de la tarde. Al mismo tiempo se les está facilitando a todos y todas un cuadernillo donde repasan las clases y hacen las tareas, todo esto ayudado por sus padres, madres, tutores o hermanos mayores. La misión del o la maestra es ver las clases desde las aulas de las escuelas y dar seguimiento a los alumnos a través de WhatsApp. Cada viernes van los papás o mamás a entregar el cuaderno de tareas, al mismo tiempo que recogen los alimentos que el gobierno da para cada niño/a. Y el lunes deben volver a recoger el cuaderno corregido por el maestro correspondiente, para que puedan trabajar durante la semana.

En líneas generales se está dando respuesta al vacío que habría si se hubiesen suspendido totalmente las clases. Pero esta modalidad tiene también muchos inconvenientes. Los niños/as necesitan socializar con los demás compañeros, elemento necesario para el desarrollo psico-social de la persona. El aprendizaje va a quedar muy por debajo de sus niveles normales, ya que no hay muchos elementos para que el profesor pueda evaluar el proceso, las tareas pueden hacerlas cualquier otra persona que no sea el alumno. Por otro lado, en la mayoría de los hogares trabajan fuera de la casa el papá y la mamá, por lo que se hace más difícil dar seguimiento a los hijos. En muchas casas las condiciones de pobreza son tan extremas que ni tienen televisión, radio y ni siquiera un lugar donde el/la estudiante pueda realizar sus clases.

Sin embargo, hay que reconocer las ventajas de esta modalidad, en primer lugar, que los/as estudiantes no pierdan el hábito del estudio y de la importancia para su vida de la educación. Otro factor positivo es que sí o sí, las familias se están involucrando en este proceso que ellos pensaban que solo era responsabilidad de la escuela. Y otra cosa muy importante: el buen y provechoso uso de los medios tecnológicos de comunicación. Claro, esto nos ha obligado en primer lugar a los/as docentes a aprender y ponernos al día en estas nuevas tecnologías.

Ojalá que cuando volvamos a la “normalidad” de antes, todo lo que ha sido beneficioso en este proceso que llevamos ahora, podamos seguirlo usando para un mejor desarrollo de la Educación.

Tere Pagán, MDR

Comunidad de Monte Plata,

República Dominicana

Provincia San José

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