LA MISIÓN QUILENGUES ANDA INCLUSO CUANDO SE LEVANTAN LAS RESTRICCIONES DE COVID 19

El año 2020, para nosotras las Hermanas Misioneras Dominicas del Rosario en la misión Quilengues, comenzó como cualquier otro, con la planificación hecha, y con mucho buen humor, esperando, por supuesto, que no falte la misericordia de Dios y la presencia del Espírito Santo durante todo el año, para que se realicen nuestros buenos propósitos relacionados con la misión.

Sorprendidos por las limitaciones impuestas por el coronavirus, nuestra programación no ha sido cancelado, solo ha cambiado de naturaleza: Nos preocupan más las actividades inherentes a la comunidad, que han llegado a encarnarse en:

 

  • Celebraciones litúrgicas restringidas a hermanas y feligreses;
  • Se intensificó la oración personal, los retiros y los estudios;
  • Incrementamos el trabajo en el campo con la producción de cereales y hortalizas.

 

En materia de salud pública, además del Covid 19, registramos un brote muy grande y grave de malaria, que lamentablemente llegó a muchas familias de todos los estratos sociales, ricos y pobres, provocando numerosas muertes, especialmente niños y adolescentes de entre 0 a 15 años. La situación parece bastante preocupante, ya que, con tres días de fiebres, los niños tienen un cuadro clínico lamentable con baja hemoglobina, lo que los obliga a recurrir a bancos de sangre de los que no dispone nuestro hospital, provocando la lamentable muerte del paciente. A esta situación se suma la falta de personal de salud suficiente para responder de manera oportuna y eficiente a los casos que se presentan todos los días; y, por si fuera poco, nos faltan incluso camas y habitaciones para acomodar a los pacientes, lo que nos lleva a situaciones extremas, ¡como es el caso de dos pacientes compartiendo la misma cama! ¡Miren, hermanas, qué representa esto en tiempos de esta también grave pandemia! Situación muy dolorosa y embarazosa…

 

Como no podíamos estar fuera de esta situación, nuestra comunidad también se vio afectada por la malaria, dos de nuestras internas fueron hospitalizadas, una de ellas incluso pasó un mes en cuidados intensivos. Afortunadamente, las dos se recuperaron y regresaron al internado.

 

El estado de calamidad nos permitió cierta apertura, dándonos la posibilidad de la catequesis dirigida a los sacramentos de adultos y jóvenes, las celebraciones de la Eucaristía con el pueblo y la formación de laicos Misioneros Dominicos del Rosario; por supuesto, cumpliendo estrictamente con las normas de protección recomendadas por el Ministerio de Salud.

 

En este momento y de manera particular además de la aquí descrita, nuestro papel como Misioneras Dominicas del Rosario ha sido la movilización de las personas, en los barrios misioneros, con quienes trabajamos y las comunidades que nos rodean, para cumplir y satisfacer con todos Estándares orientados a la salud, ayudando a prevenir y limitar la expansión del Virus Corona, que en Angola como en otras partes del mundo, está causando víctimas fatales y más allá.

Desde Quilengues, Sur de Angola

Teresa Umba, Helena Kaluku e Bernarda Fastudo 

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