MI EXPERIENCIA CON PERSONAS EN REINSERCIÓN SOCIAL

Como agente de Pastoral Carcelaria de Cáritas Ecuador, en Convenio con la Fundación para la Reconciliación, he participado junto a la hermana Mariana de Jesús Oñate, Misionera Dominica del Rosario impartiendo la Escuela de Perdón y Reconciliación (ESPERE), con 10 personas en proceso de reinserción social, en la Provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, estas personas estuvieron presas por diferentes delitos.

Cuando finalmente logran un beneficio de volver a la sociedad hasta cumplir su condena, son marginados, con pocas oportunidades de reinsertarse al ámbito laboral, social y muchas veces hasta las familias les rechazan. Siendo testigos de esta triste realidad como miembros de una iglesia misionera tratamos de llevar un hálito de paz y amor a través de procesos y herramientas personales del perdón y la reconciliación, que puedan ayudarles en momentos de dificultad o contrariedad.

Hemos asumido un sueño de Dios, como nuestra misión con estas personas, los más amados de Dios, quienes viviendo la peligrosidad de los recintos carcelarios donde se experimenta la violencia al máximo, convirtiéndose en sitios inhumanos, de comercio de armas, drogas, secuestros, crimen organizado, torturas y muerte que dejan en estas personas secuelas físicas y emocionales.

Ante estos acontecimientos inhumanos y recordando las palabras de nuestro Señor Jesús cuando dice. Estuve en la cárcel y me fueron a ver (Mt. 25, 36) y las emotivas palabras del papa Pio XII a los detenidos más jóvenes en la Navidad de 1951. Al dirigirse a ellos los define más como víctimas que como culpables. Y pone el acento en la necesidad de una educación de calidad y en la responsabilidad de los distintos actores sociales a fin de revertir un modelo social ligado a la corrupción, al que hoy podríamos también llamar de exclusión.

Inspirado en la vida de Nuestro Padre Santo Domingo que dijo: “No quiero estudiar en pieles muertas, mientras haya personas que mueren de hambre” con este carisma dominicano que nos desafía a lugares de frontera, me aventuré a sumergirme en las aguas profundas de esta realidad que para mí hasta entonces era lejana.

Esta experiencia de impartir la ESPERE con la hermana Mariana, ha sido muy gratificante al ver y sentir la receptividad y participación activa de los 10 integrantes en el proceso y ver el progreso en cada uno de ellos en los diferentes módulos impartidos, recordamos con agrado el primer módulo al compararlo con el último, el primero lo vivieron con incredulidad pensando que es una utopía el perdón y mucho menos la reconciliación con la parte ofendida u ofensor expresado con su lenguaje corporal apático, y al final reconocer que es posible a través del perdón y la reconciliación que no les cambiará  sus pasados pero si su futuro, con justicia restaurativa. Como dominicos y dominicas tendremos la oportunidad de decir, Señor ¿cuándo te vimos preso y fuimos a verte? Y Él nos responderá cuando lo hicieron a uno de mis pequeños me lo hicieron a mí (cf. Mt 25, 39-40).

Carlos José Rodríguez Moreno

                                                                                                  Laico Dominico

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