ENCONTRANDO EL CAMINO DE VUELTA A CASA EN SU VEJEZ: LA HISTORIA DE UN HOMBRE IMPORTANTE

“Conocí un auténtico doctor que me devolvió la vida, sanó lo que tenía roto” – Augusto Soares

¡Un milagro ocurrió a un hombre que caminaba alejado de la luz de Dios por 84 años! Él es una persona importante para mí, es mi abuelo, a quien considerábamos como “perdido” pero que ha vuelto, a una nueva vida. Algunas veces, perdemos nuestro camino, pero siempre hay una forma de alcanzar nuestro real destino. Porque ciertamente Dios es el camino de la verdad y la vida.

Me gustaría relatar y compartirles la experiencia e historia de conversión de mi abuelo: Agusto Soares -como se llama- nació el 24 de agosto de 1934. Vivió una vida libre y feliz. ¡Es el único hombre en su pueblo que tiene cuatro esposas! Vivimos cerca de la Iglesia, pero jamás lo vi entrar a la iglesia. Ni siquiera una sola vez. Para él la Iglesia es una atracción turística, lo que me hace preguntarme si cree en la existencia de Dios. A pesar de que él no va a la iglesia, en su casa hay una pequeña gruta con la imagen de la Bendita Virgen María. En el mes de mayo y octubre siempre rezamos el Rosario ahí.

Una vez un sacerdote le pregunto “Agusto, ¿Por qué no te bautizas?” Él respondió: “Eso será así hasta que mis hijos sean bautizados”. Si bien dijo eso, él no había hecho nada para hacerlo realidad. No sé la razón de por qué se reusaba a hacerlo, pero respetaba su decisión no cuestionándolo. Creo que Dios tiene otro plan maravilloso para él. Como humanos, caemos en el pecado o cometemos errores que nunca compensamos. Sin embargo, la misericordia de Dios es ilimitada y siempre está con los brazos abiertos para Sus Hijos que se alejan de su amor. En efecto, esto es afirmado por el Papa Francisco cuando dice “La Misericordia no abandona a aquellos que vienen atrás”. Mi abuelo ha estado alejado de la iglesia por 84 años, vale decir, toda su vida

¿Qué lo hizo cambiar de opinión y corazón?, ¿Cuándo se dio cuenta de sus errores pasados? Debe haber habido algún incidente que lo trajo de vuelta a la Iglesia, lo que pareciera ser a razón que lo hizo estar listo para ser remodelado por Dios.

Fue en 2013, el año en que entré al convento, cuando mi abuelo tuvo una discusión con un vecino. Quiso terminar la vida de su oponente de tal manera que puso un cuchillo en el cuello de esa persona. Afortunadamente, también había personas alrededor de ellos que lo detuvieron e impidieron el asesinato.

Inmediatamente después de ese incidente, se enfermó y estuvo inconsciente por una semana. Este escenario me recordó de una película Cristiana Estadounidense: “El cielo es real”. Esta película es sobre un joven que sobrevive a una experiencia cercana a la muerte. Él declaraba que había visitado el cielo y describía su viaje claramente. Esta historia es como la de mi abuelo. Él dijo que mientras estuvo inconsciente fue a un lugar (literalmente el “cielo”), en donde observó todas las cosas que había hecho en su vida. También vio a la persona que había estado a punto de asesinar e incluso vio a su primera esposa, quien tenía una cara de pena. Finalmente, conoció a alguien a quien llamó “Dios”, quien a cambio le dijo: “tu tiempo no ha llegado, vuelve y reconcíliate con la gente que conociste durante tu vida en la tierra, los que te despreciaron los que tú despreciaste”. Una vez que esa voz se apagó, comenzó a recobrar su consciencia.

Desde ese momento reunió a todos sus hijos y les dijo que quería ser bautizado. Mi padre, que es un catequista comenzó a enseñarle la Doctrina Católica. Se reconcilió con su enemigo e incluso con su segunda esposa. En el año 2015 recibió el Sacramento del Bautismo, la Santa Eucaristía, la Confirmación y el Matrimonio con su segunda esposa (su primer matrimonio oficial en la Iglesia a los 84 años). Sonaba como una película, pero era real, era un nuevo Bautizado en la fe Cristiana. Desde esta experiencia, advierte a sus hijos, nietos y bisnietos a no tener rencores, hacer el bien sin cesar, vivir una vida en paz, no maldecir, obedecer los mandamientos de Dios y rezar siempre. Continuamente dice “Lo que sea que hagas en tu vida es grabado”. Durante mi llamada telefónica con él le pregunté: “Abuelo, ¿Eres feliz?” Él ciertamente dijo “Sí. Soy muy feliz de vivir esta vida. He experimentado el real significado de la Resurrección. Por lo tanto, quiero vivirlo plenamente a esta edad. No tendré un solo arrepentimiento si dejo este mundo”.

Es cierto que cuando nos encontramos con Cristo Resucitado la muerte no puede detenernos, ya que vivimos nuestra vida en plenitud. Tal como mi abuelo quien nos enseñó que viviría por solo tres años, pero ahora lleva siete años más.

El camino de Dios es ciertamente hermoso, nos da la oportunidad de vivir, amar y encontrar el significado de nuestra vida. El cambio es posible para todos. Mi abuelo me enseñó una lección de que Dios nunca nos deja solo sin importar qué pase, ya que su amor es incalculable. Dios no se revela a Sí mismo a los hombres y mujeres jóvenes para que sean instrumentos de su amor, de su perdón y su paz, sino que también a personas mayores que también anhelan la conversión de su corazón.

Cecilia Imaculada Sales de Araujo

Noviciado asiático, Quezon, Filipinas.

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