INSTALANDO NUESTRAS TIENDAS DONDE “LA VIDA CLAMA”

Queridas hermanas

Hace 6 meses he integrado una de nuestras comunidades   que tiene una realidad diferente de las que conocemos comúnmente y que he compartido hasta ahora (es decir, una comunidad donde los miembros son de la misma congregación, comparte la misma Espiritualidad y son Mujeres). La experiencia que les estoy compartiendo es una realidad nueva y única hasta la fecha en nuestra congregación que se inició desde el año 2018, en el Bajo Urubamba (en la Selva Peruana).

Compartimos nosotras, Misioneras Dominicas de Rosario,  tanto nuestra vida  como  nuestra misión con laicas y laicos, y  frailes Dominicos. Desde mi punto de vista personal, veo que el hecho que la comunidad sea instalada en una cosmovisión circular influye mucho en nuestra manera de vivir y compartir la misión con nuestras (os) hermanas(os). Es decir, que ellas(os) participan también a la toma de decisiones para la misión. Eso me lleva a declarar aquí que antes que nuestro querido papa Francisco pronunciara la palabra sinodalidad, nuestro pueblo originario ya lo vivía en su realidad diaria. Qué afortunadas somos de experimentar la sinodalidad en concreto.  

La dinámica de la pastoral–Misión que encontré y que me parece muy buena y adecuada a la realidad actual de las diferentes comunidades Nativas que visitamos,  va de la misión hacia las Comunidades Nativas.  En otras palabras, somos nosotras(0s) como miembro del Equipo-Misión quienes salimos al encuentro de nuestras hermanas y hermanos. Por eso nuestra comunidad tiene el nombre de “Comunidad Itinerante”; surcando los ríos: Urubamba, Picha, Mipaya, Pagoreni y Camisea.

En efecto la misión ya no es el centro o mejor dicho una referencia única donde la gente acudía hace años para todo; la presencia de la Municipalidad y los diferentes proyectos en las dichas comunidades cambio completamente sus vidas. Ahí va nuestro gran desafío pastoral, el de consolidar una Iglesia con rostro Amazónico, en medio de un contexto de amenaza de la identidad de estos pueblos. Y como primer paso en este deseo de hacer camino juntas y juntos hemos empezado a estudiar una de los idiomas “El Matsiguenka” porque nuestra comunidad está ubicada donde habla esta lengua.

Me despido con esta expresión Matsiguenka:

 “NOATAVAITA” que se traduce en Castellano HASTA LUEGO

Desde la comunidad de Kirigueti. 

Arlette (Perú)

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