Misionera Dominica Filipina apasionada por la salud alternativa

Cuando llegué a Koribeni (Valle de la Convención-Cusco), empecé a integrarme al internado, grupos de mujeres, catequesis de la parroquia y visitar comunidades cristianas. En comunidad acordamos tener un consultorio donde brindamos salud alternativa: masajes, hierbas, comidas saludables. También trabajar con promotores de salud medicina alternativa, transformando hierbas en pomadas, jarabes etc., ejercicio, también salud espiritual.

Me inspira el trabajo con agricultura ecológica especialmente con el comité de mujeres. Verles al inicio, con ganas de aprender, porque no saben muchas cosas. Son personas humildes, maltratadas, cohibidas. Después de años de enseñanza en nutrición, medicinas alternativas, cursos, la vida les ha cambiado, no son las mujeres que he visto al inicio, sino mujeres luchadoras y con ambición en la vida. Ahora quieren seguir adelante y formar una cooperativa de mujeres con productos sembrados y transformados por ellas.

Miren…, los milagros han estado presentes desde el inicio. Los trabajos que realizo, la verdad no lo puedo hacer sola, siempre es con la ayuda de Dios, ese Dios que se hizo carne siempre protegiéndome, dándome fuerza, animándome y hace que mi mano sea su mano para ayudar a los demás. Él siempre está a mi lado y lo siento, sin Él no puedo hacer nada.

Primero, la vida de oración, la alimentación espiritual y el estudio, es lo principal. Cuando llego, me siento acogida por la comunidad, con ellas puedo compartir mis trabajos, dificultades, sueños, problemas y alegrías de mi familia.

¡Arriésgate! la vida religiosa es preciosa, es apremiante. Cuando tú das la vida por el Reino sientes felicidad, alegría y realización. La vida religiosa es bella. Llena de sorpresas. Servir a los demás es un desafío. Escucha la voz de Jesús de Nazaret porque su invitación es permanente y su compañía nunca fallará.

Envíame a un lugar donde puedo ser útil para el mundo.

Ester Rojas MDR Filipina en el Perú.

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