Más allá de las fronteras Comunidad Ampliada con Mipu y Javi

Desde la comunidad de Sabana Perdida, Republica Dominicana, queremos compartir cómo hemos vivido la experiencia de abrir nuestra comunidad a una pareja de voluntarios por un periodo de seis meses.

 

Breve contexto

Mipu y Javi, se  integran a la comunidad en el mes de noviembre, en un momento crucial e importante para nosotras: proceso de cierre e integración de las comunidades Zurza-Sabana Perdida. Desde la llegada al país y comunidad mostraron mucha alegría, ilusión, entusiasmo, disposición, entrega… a la experiencia que habían decidido vivir junto a nosotras y al pueblo dominicano.

 

Cuando ellos se integran a nuestra comunidad, nosotras estábamos acompañando a los peregrinos del Seybo: un grupo de campesinos/as que están luchando por el derecho a la tierra, de la cual fueron despojados por un terrateniente con mucho dinero en complicidad con las autoridades. Este proceso de acompañar la lucha de los campesinos fue una experiencia muy marcante tanto para ellos como para nosotras.

 

Experiencia misionera y comunitaria

Luego de una semana de adaptación e integración,  les presentamos los espacios en los que acompañamos a nivel pastoral y social. Con el objetivo de que fueran conociendo e identificando qué hacer y cómo acompañar. Ellos venían con mucha apertura y deseo de compartir su vida y dones, lo cual facilitó el proceso de integración y adaptación, tanto a la comunidad como a la misión. 

 

En la comunidad se involucran en todo el quehacer y ser de la misma: tareas en la casa, tales como: limpieza, cocina, compra. Fueron uno/a mas con nosotras. Además, participaban de los retiros comunitarios, oración diaria, planificaciones… A nuestra comunidad aportaron su espíritu joven, arriesgado, responsable, soñador espíritu libre y liberador.

 

Durante la pandemia, tuvieron una participación muy activa en la celebración de la Palabra, que realizamos de manera virtual desde la casa, con y para las personas de la parroquia.

 

Al finalizar el periodo de misión, quisimos compartir y evaluar cómo habían vivido ellos y nosotras esta experiencia. Compartimos nuestros miedos que teníamos al iniciar la experiencia, uno de ellos era, encontrar un ambiente cerrado donde no se pudiera hablar ciertos temas; que pudiéramos chocar en la convivencia; tener que estar pendiente… Ninguno de estos hechos sucedió. Lo que nos ha ayudado en el proceso de integración y convivencia ha sido la apertura, tolerancia, libertad, dialogo y la disponibilidad. Fue un compartir muy enriquecedor, con mucha espontaneidad, sinceridad y mucho agradecimiento.

 

Confirmamos que ha sido una experiencia enriquecedora y positiva, que ha aportado a nuestra vida y misión. En la experiencia de compartir la fe, nos ha enriquecido la sencillez, transparencia para expresar aquello que la lectura de la Palabra aportaba a nuestra vida. También en el compartir con las personas de la parroquia, pudieron observar y experimentar una iglesia donde el laico tiene palabra, criterios, cuestiona, y capacidad de decisión. Destacaron que habían descubierto a un Dios padre-madre.

Comunidad de Sabana Perdida- República Dominicana

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